Hoy es domingo, y como cada domingo vamos a hacer referencia a situaciones familiares, frases, anécdotas,… Y hoy quiero dedicarle mis palabras a un miembro de la familia que hace solo 4 meses que está con nosotros, Taco. Parece mentira como se puede querer tanto a un ser pequeño, baboso, que hace pipí y caca por todos lados, que tira de la cuerda como un desesperado y que no hace caso cuando lo llamas. Pero un ser adorable que te da cariño cuando te ve triste, que no tiene rencor y viene a tus piernas después de haberle regañado. Se me cae la baba cuando, mientras comemos, se espera al lado de la mesa a ver si cae algo. Sabe que no, pero el espera por si acaso. Esa mirada limpia, ese agradecimiento después de un largo paseo y tarde de juegos en el parque. Es uno más y lo queremos como tal.
Dicho todo esto, el día de hoy quiero denunciar, quiero denunciar la maldad humana. Como sabéis, nosotros ahora mismo estamos viviendo en México. Vivimos en una zona muy bonita, tranquila, con parques y zonas de juego. Pues resulta, que hay algún desalmado/a (me sale una palabra más fuerte pero no se me permite en este ámbito) al que no le gustan los perros. Y como no le gustan, ha decidido poner pollo envenenado con matarratas repartido por todas partes para “quitárselos de encima”. Para más inri, ayer estuve discutiendo con la delegada del gobierno quien niega que esto sea verdad y que encima nos acusa por “estropear” el entorno de la delegación. Cada día hay gente jugando a fútbol en el parque, los bancos están rotos, el suelo lleno de basura y comida podrida y los parques encharcados de fugas de agua, y eso señora no lo hacen los perros. Por favor, ocúpense de lo que realmente importa y dejen de tocar las narices.
Si, hoy es un post dedicado a nuestro perro y un post de protesta por esos animales que no tienen conciencia y están destrozando el entorno, los humanos.
Roberto Expósito