Durante nuestra vida nos ocurren cosas, tenemos aspiraciones e ilusiones, metas que conseguir y retos que superar. Y muchas veces nos aferramos a ellas o, aún peor, lo conseguimos y no sabemos qué hacer.
Es genial ser ambicioso, hay que luchar por tus sueños, pero también hay que saber parar, reflexionar y analizar. No sé si alguna vez habéis tenido la sensación de correr tan deprisa que te pierdes el paisaje o incluso otro sendero que te lleva a un lugar maravilloso que nunca habías imaginado.
Volver a empezar no siempre es malo, mirar atrás, sentirte orgulloso de lo que has logrado y aprender de los errores que has cometido. Volverlo a intentar pero con la experiencia y el saber de los años.
Equivocarse nunca es malo, siempre se gana o se aprende. Mírate, pregúntate y conversa contigo mismo. Muchas veces cuidamos más nuestros sueños que nuestras realidades.
Si sigues haciendo lo que haces siempre muy probablemente obtengas los mismos resultados. Y eso puede estar bien, pero no te quejes si sigues teniendo lo mismo. Salir de la zona de confort no es malo, te ayuda a aprender y conocerte.
El sol sale y se pone cada día.
Volver a empezar no siempre es malo…
Roberto Exposito